5 minutos: Sandra Gomez - La primera chica en acabar la Romaniacs en categoría ‘Gold’
La hemos visto en los ISDE y en el Mundial de TrialGP, y también superando las pruebas de Enduro Extremo más duras del planeta, el currículum deportivo de Sandra Gómez es el sueño de todo piloto off-road. Una larga lista de éxitos a los que, desde ahora, la piloto española además puede sumar una medalla como ‘finisher’ de la Red Bull Romaniacs 2020 en ‘Gold Class, lo que la convierte en la primera mujer en conseguirlo en la historia de esta carrera.
“Terminar el primer día del año pasado fue un éxito, pero terminar toda la carrera parecía imposible”, dice Sandra Gómez. Después de hacer su primer intento por convertirse en la primera mujer que finalizaba la Romaniacs en la categoría ‘Gold’ en 2019 acabando en el hospital, contra todo pronóstico y rehuyendo los consejos de muchas personas para que se olvidara de ello, volvió a intentarlo este año.
Enduro21 habla en exclusiva con Sandra en su casa de Cercedilla para saber de que echó mano para terminar la Romaniacs de este año, lo que significa tener a su hermano Alfredo Gómez a su lado y los próximos objetivos futuros que ha escrito a su lista de deseos.
¿Cómo ha sido acabar Romaniacs en la categoría ‘Gold’?
- Sandra Gómez: "Después del año pasado me quedo muy claro que me faltaban horas de monte y que, o invertía más tiempo o lo dejaba por imposible, porque allí los días son muy largos. Este año también me daba un poco de miedo porque las horas de luz no son las mismas que hay en verano. Es verdad que ha sido una edición más corta en cuanto a horas de moto para los pilotos ‘top’, porque lo normal hubiera sido que yo hubiera estado unas 12 horas sobre la moto en vez de nueve. Si hubiera tardado 12 habría sido imposible conseguirlo porque cuando llegaba, ya casi no se veía en el bosque.
Preferí no pensar en llegar a meta, sino en ir paso a paso, trialera por trialera, porque si hubiera pensado en todo lo demás, habiendo ocho trialeras al día, seguramente no habría acabado. Además, el último día fue durísimo. No era muy largo, pero era un recorrido muy intenso y que no daba descanso".
¿Qué significa para ti ser la primera mujer en lograrlo?
- "Demostrarme a mí misma que si trabajas muy duro y sufres entrenando, lo puedes conseguir por muy difícil que parezca. También que no hay que hacer mucho caso a las personas que tienes a tu alrededor y te están diciendo que es imposible y que para qué vas allí…
Al final el año pasado acabar el primer día ya supuso todo un triunfo, aunque parecía imposible acabar toda la carrera. Tienes que acabar un día, y volver a empezar al siguiente cuando todo te duele, eso durante cuatro días".
¿Qué es lo más duro de la Romaniacs?
- "Lo mas duro es cuando llevas horas encima de la moto y te caes, la moto está boca abajo y la tienes que levantar. Has tardado mucho tiempo en subir algo, te caes y tienes que volver a empezar, haciendo que todo lo previo no haya valido para nada. Yo al final tengo menos fuerza que ellos por lo que me quedo sin fuerza antes".
¿Supongo que tu hermano es de gran ayuda?
- "Tener a Alfredo es una ventaja, al final tengo muchas desventajas así que porque tenga una ventaja no va a pasar nada. Yo llevo una moto mucho peor que la de los Pro, ya que es completamente de serie, tengo menos fuerza, tengo menos altura y tenerle a él para que me aconseje es genial. Sobretodo porqué el año pasado no fue uno de los que me dijo: Sandra esto es demasiado”.
Este año hablé con él y le dije que lo que creía que me faltaba eran horas de moto, levantar mejor la moto y empujar más y mejor, porque allí empuja todo el mundo y hay que saber hacerlo bien. Él nunca me ha dicho que no pudiera hacerlo, simplemente que hay que pillar un año bueno en el que no haya nieve por ejemplo, aunque lo haya hecho un poco este año. Tenerle a él es genial, no simplemente por los trucos que me pueda dar, también por lo fuerte que es mentalmente, algo que admiro en él.
Allí le use mucho, sobretodo el último día. Cuando llegué al service point, al que a pesar de llegar con tiempo, no iba demasiado sobrada, estaba diluviando y era en una estación de esquí en la que hacia muchísimo frio. Le llamé y me explicó lo que me iba a encontrar después, dónde podía apretar y dónde no, y me dio ánimos para llegar. Lo único que le pedí fue que me llevara muchas chaquetas a la meta.
Durante la carrera apenas nos veíamos, sólo en la salida y por la noche, en el hotel, pero no es solo el hecho de tenerle allí, sinó el de tenerle durante el año".
¿Qué pasó el tercer día?
- "El tercer día me quedé sin electroventilador. Cómo había un día en el que se podía fallar antes de quedarme sin anticongelante y gripar la moto, decidí dar media vuelta, bajar la trialera que acababa de subir y conservar un poco. Finalmente fue una tontería, pero si hubiera seguido podría haber supuesto el final de la carrera para mí.
Puede que la mejor decisión hubiese sido no salir el tercer día y conservar, como hicieron otros pilotos, pero sinceramente no me apetecía quedarme en el hotel. Decidí salir y hacer lo que pudiese, y si llegaba al service point súper cansada o me pasaba algo, pues paraba. Al final lo tenía en mente, al cabo de dos horas la moto dijo basta y decidí dejarlo, fue una sabia decisión".
¿Cómo combinas el trial y el enduro?
- "Al final, si no hiciese trial sería imposible hacer lo que hago, porque todo mi pilotaje se basa en la técnica. Durante las tres semanas del mundial de TrialGP me centré a fondo en ello, y en cuanto me bajé de la moto de trial, pues empecé a tope con la de enduro. Aunque es verdad que entre semana también hacia algo de enduro. Al final una disciplina complementa a la otra, por lo que es genial".
¿Has hecho algún entrenamiento específico?
- "Ha sido un año raro, porque no se sabía cuándo ibas a poder entrenar ni que carreras ibas a tener. Normalmente hacemos pretemporada en invierno y luego otra más pequeña durante el año. Cuando empezó el confinamiento todos estábamos muy motivados haciendo eso, pero luego realmente no sabíamos qué hacer, porque no tienes a vista la carrera, no sabes si vas a llegar o si te vas a pasar.
Yo procuré montar en moto todas las horas posibles, porque era lo que me faltaba. También entrené barro, otra cosa que me faltaba, ya que en Madrid no tenemos barro, por lo que he ido a muchos sitios de España a entrenar para procurar entrenar en toda la variedad de terrenos posibles. Romaniacs, al final, tiene eso, mucha variedad y largos días sobre la moto, así que eso es lo que he estado entrenando y parece que ha funcionado".
¿Próximo reto?
- "Ahora no me queda otra que acabar la Erzberg. Pero aún me quedan muchos deberes, Lagares por ejemplo, que nunca la he corrido. Es lo bueno del ‘hard enduro’, que te pone en tu sitio, así que entonces siempre tienes algo que hacer y cada carrera es diferente. También me gustaría volver a la Romaniacs en ‘Gold’ y acabar cada día".
¿Qué consejos le darías a quién lo quiera intentar?
"Que siempre piense que se puede. Es muy duro, pero se puede hacer. Hay que buscar algo diferente para entrenar y rodearte de gente que crea que puedes con ese reto. Eso sí, lo más importante es entrenar todas las horas de moto posibles y acostumbrarse a empujar mucho, ya que hay que hacerlo muchísimo".
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Fotos: Andrea Belluschi | Enduro21 + Pep Segalés | FIM
