El Campeón del Mundo de MotoGP cambia su RCV213V por una Honda CRF 450 y el asfalto por la tierra para sacarse el óxido de las articulaciones tras las fases más restrictivas del Covid.

Tras más de dos meses de confinamiento, concretamente desde el 11 de marzo, Marc Márquez y su hermano Álex, volvieron a subirse a una moto, aunque no fue ni en Montmeló ni en un circuito asfaltado, sinó que lo hiceron en Ponts (Lleida), en el circuito de ‘El Bosquet’, para ponerse a los mandos de sus CRF de cross.

 5ec63513ebe1e9_85495374

“Tras dos meses, honestamente, fue un poco extraño al principio volver a estar sobre una moto durante las primeras vueltas. Pero pronto me sentí mejor ya que todos los músculos y la mente comenzaron a recordarlo todo de nuevo. Fue realmente agradable poder volver a la moto, es una sensación que no puedes encontrar en ningún otro lado. Poco a poco vamos vlviendo a la vida normal y eso es lo más importante", destaca Marc Márquez de su vuelta a la actividad sobre las dos ruedas practicando una de sus grandes pasiones: el motocross.

"Es genial poder volver a un entrenamiento más normal y ha sido un verdadero placer volver a pisar un circuito de motocross. Cuando practicas tu pasión, siempre lo disfrutas mucho, por lo que ha sido especial volver a pilotar, necesitamos la moto en nuestras vidas. Durante al menos un rato, ha sido como si todo fuera normal. Desafortunadamente, el mundo aún no ha vuelto a la normalidad y nosotros, como pilotos, al igual que todos los demás, debemos seguir adaptándonos y ayudar con nuestro esfuerzo en esta situación. Ojalá podamos tener más días como el de hoy", concluía Álex Márquez, que este año correrá junto a su hermano en el equipo Repsol Honda de MotoGP.